El nuevo relato expresa que el mundo está cambiando. La revolución Pingüina no ha cesado. Año a año, los estudiantes alteran aquella voluntad de mantener las cosas en su lugar. El nuevo relato está guiado por la bandera de la paz.
¿Educación para qué? Nos preguntamos.
¿Para recrear el sistema que heredamos y que promueve la cultura de la basura, de lo superfluo y de las apariencias, y para la competencia? ¿Educación para perpetuar y profundizar la crisis sistémica?
¿O queremos una educación para la paz?
Sí. Queremos una educación para revitalizar nuestra atención hacia aquello que nos trasciende. Co-eduquémonos para ser felices, sanos y libres.
Creemos que los signos de los tiempos nos hermanan en un destino fantástico. Por ello es que el debate acerca del establecimiento de un día para honrar la bandera de la paz nos resulta relevante y no podemos dejar pasar los conceptos arcaicos que se esgrimen en el Congreso Nacional.
La bandera de la paz nos exige un entendimiento acerca de la paz. Por lo pronto decimos, la paz no es aquello que la cámara de diputados avaló sin miramientos. En efecto, el documento conductor del proyecto de ley que establece el día nacional de la Paz a través de la Cultura, las Artes y el Patrimonio el día 15 de abril de cada año sintetiza la paz como ausencia de guerra entre naciones.
En virtud del concepto de paz que esgrime, naturalmente deduce que la paz obtenida en el mundo ha permitido progreso y desarrollo. Establece que en función de la paz que existe en el mundo hemos podido lograr la felicidad de los pueblos.
Ahora bien, observamos que en el Senado el texto conductor cambia lo señalado en un principio en el Congreso y considera la paz como ausencia de guerra entre naciones, tanto como entre los individuos.
Explicamos a continuación nuestra opinión:
Hemos señalado que en los últimos cuatro años en el seno de Naciones Unidas se conversa acerca de la Paz y una voz mayoritaria, sobre todo en la Sociedad Civil, demanda la codificación del Derecho Humano a la Paz. Esta opinión no cuenta con la venia de los países que lucran y se hacen “poderosos” con el desarrollo de la industria armamentística. Lo cual, evidentemente, en la “real politik” entraba las posibilidades de lograr un acuerdo.
Entendemos la paz como nuestro derecho de nacimiento, como nuestra esencia y como una cualidad inmanente del ser. Por ende, su consagración normativa debe abordar también la esfera de la protección de la paz en todas nuestras relaciones y si ya el Conreso Nacional está avanzando en tal sentido pues es la hora de codificar en nuestra sociedad el derecho humano a la paz.
El solo hecho de legislar sobre la bandera de la paz resulta una poderosa señal para el mundo en estos momentos. Por esto, solamente nos cabe agradecer de corazón. También, creemos que llegado este momento en que el movimiento de paz se hace visible también debe respetarse aquello que hemos venido planteando desde años años sin que la agenda pública haya otorgado visibilidad hasta este momento a estas demandas.
Nuestros esfuerzos se centran en que esta señal hacia el mundo sea poderosa y verdadera, auténtica y que impacte. Creemos que este diálogo nos llama a la unidad. Hemos sido apoyados por los gobiernos de Michelle Bachelet y de Sebastián Piñera y estamos apoyando la segunda marcha mundial por la paz que organiza el movimiento humanista cercano al PH, del Frente Amplio. Nos guía la unidad en torno a la paz.
La Noósfera nutrida por las organizaciones de paz nacionales que visibilizan la bandera de la paz.
Científicos rusos y actualmente, de todo el mundo, profundizan hace más de 100 años desde el área de las ciencias en la Noósfera.- Aquella esfera de la Tierra que contiene la “capa pensante” del organismo viviente planetario. La noósfera es aquél registro sutil de todo aquello que es vibrado, en la frecuencia que sea.
El Presidente Relator de la asamblea de Naciones Unidas para congregar a los países y reflexionar en torno a la crisis subprime del año 2008, elevó el concepto noosférico a la altura que le corresponde en un discurso inolvidable para quienes estamos atentos al Movimiento de Transición al que asistimos. Por aquellos días se estudiaba la decadencia moral de nuestra civilización y la palabra subrayada por el recién señalado Presidente, don Miguel D’Escoto Brockman era SOLIDARIDAD.
La Noósfera en el ámbito de la bandera de la paz está por tanto nutrida por los conceptos y las acciones que vierten las agrupaciones que vienen tejiendo y promoviendo la bandera desde hace años.
La Fundación Chile Inteligente celebra desde octubre del año 2007, en espacios públicos centrales como el Parque Forestal, de manera gratuita y multitudinaria, cada luna llena junto a un público fiel promoviendo la meditación en movimiento con la intención de facilitar el advenimiento de la nueva era de paz.
La Fundación Artesanos de la Paz ha realizado un sinnúmero de actividades de exhibición del legado de Nikolai Roerich en asociación con el Centro Internacional de los Roerich, de Moscú y entre ellas, ha realizado una bandera humana de la paz al frente de la Moneda bajo la primera administración de Pdte. Sebastián Piñera.
En nombre de la Fundación Artesanos de la Paz también asistimos como observadores del proceso de diálogo en Naciones Unidas acerca de la codificación del derecho humano a la paz.
El año 2008 la Coordinadora Pro Bandera de la Paz había apoyado al gobierno de Michelle Bachelet que también realizó una bandera humana de la paz en el frontis del palacio de Gobierno. Ambas banderas humanas de la paz se celebraron para conmemorar el día 21 de septiembre. En 2008, la bandera humana selló un acuerdo en torno a declarar que la prioridad en las relaciones entre el gobierno y la sociedad civil es la promoción de una cultura de paz.
El movimiento mundial de paz por el cambio del calendario gregoriano en pos de una cuenta natural de trece lunas también ha sido permanente animador de todas las instancias anteriores y suele celebrar el día fuera del tiempo, los días 25 de julio de cada año. Y actualmente, en este movimiento promovemos un referendum global el año 2020. El mensaje es decir basta a lo viejo y bienvenido lo nuevo y natural. ¡Basta con que en tiempos de Democracia nadie se detenga a pensar que el calendario que usamos fue imaginado para potenciar a un imperio y que por ello, Julio y Agosto son meses dedicados a la memoria de los íconos del patriarcado! Los mapuches también tienen un “calendario” de trece lunas, al igual que los Mayas y tantos otros pueblos indígenas.
El Consejo de Asentamientos Sustentables de América Latina, nodo Chileno, también exhibe la bandera de la paz como elemento aglutinante.
Quienes organizan hace más de 10 años las ceremonias de sonidos por la paz, de manera gratuita, en el Parque Mapulemu, de manera mensual, también fielmente exhiben la bandera de la paz.
Este mes de mayo la Fundación Paz/Vida organiza un coloquio en el colegio de profesores, bajo la guía de la doctora en educación María Antonieta Mendoza quien sucesivamente y por largos años realizó congresos internacionales en la UMCE sobre cultura de paz, género y co-educación.
En el Ayllu Abya Yala se tejen relaciones entre personas del Norte y del Sur de América guiados por la bandera de la paz, sin fronteras, como una sola familia humana.
En regiones, múltiples ecoaldeas dejan ver que la bandera de la paz identifica espacios donde la paz es un norte cotidiano.
Hasta donde podemos ver, no se rescata en la definición del Congreso, ni en el texto conductor del proyecto de ley sobre la bandera de la paz, nada de lo que estas organizaciones sugieren con su actuar: Si hablamos de paz, hablamos de dar relevancia a la meditación, al rezo. Hablamos de Paz con la Tierra y con todas nuestras relaciones. Hablamos de cambiar un calendario imperial. Hablamos de un derecho de nacimiento, de un derecho humano. Si hablamos de paz también hablamos del 21 de septiembre, del 25 de julio tanto como del 15 de abril.
Lo básico, es que cuando hablamos de paz no hablamos para celebrar a esta sociedad sino para señalar un rumbo diferente, auténtico. Y por tanto, no es aceptable que la paz importe solamente en el ámbito de las naciones. La paz es sobre todo importante en el ámbito de las relaciones entre las personas y en la relación de uno consigo mismo.
Atendidos los índices de inseguridad, depresión y de violencia en lo doméstico, en lo escolar y en el trabajo, podemos decir que la paz es una guía para reflexionar en la esfera de lo humano. Es una palabra que nos guía directo hacia la salida a la crisis.
La comisión de educación del Senado tiene la palabra. Sea rectificado aquello que fue tan ligeramente planteado en la cámara de diputados y sea reconocido el derecho humano a la paz, al menos en las declaraciones de la Comisión puesto que de este modo contará para lo sucesivo como historia fidedigna del establecimiento de la ley y podremos continuar avanzando en un debate social que está llamado a encender la esperanza. A lo menos, estamos haciendo nuestra parte como integrantes de la sociedad civil.
Decimos que sí al liderazgo de nuestra Nación en el levantamiento de la bandera de la paz en el corazón del corazón.
Decimos que sí, al liderazgo de nuestra Nación para la codificación del derecho humano a la paz en la Tierra.
Decimos que sí a la comunicación para la paz, al debate con altura de miras y al respeto de las miradas distintas.
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