Homenaje al maestro Omraam Mikhael Aivanhov

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El maestro Omraam Mikhael Aivanhov entrega vida a la Fraternidad Blanca Universal sobre la base del conocimiento que se recibe del cielo y se entrega en la Tierra. Estas enseñanzas se aplican a la economía, a la política y por sobre todo al aprendizaje del Ser.

¡Qué alegría encontrar al maestro Omraam Mikhael Aivanhov! (1900-1986) Es un filósofo y pedagogo francés, de origen búlgaro que señalaba que es necesario “que ahora la humanidad entera forme el egrégor de la paloma  que aporta la paz”. Por nuestra parte, entendemos que la bandera de la paz es un egregor a construir que también tiene bastante adelantado.

Egrégor es un ser psíquico emanado por una colectividad, formado por los pensamientos, los deseos, los fluidos de todos los miembros que trabajan para el mismo fin.

Vinculo esta afirmación a la idea de nueva Constitución, puesto que es el entendimiento que debe nutrir nuevos próximos acuerdos fundamentales. En la Nueva Constitución no hay espacio para la autolimitación y por ende, legítimamente podemos invitar desde un proceso oficial abierto a formar ahora la Gran Fraternidad Universal, la familia planetaria y a organizarnos. Si la Constitución de Chile es muy difícil de lograr de manera armoniosa, ¿qué tanto más difícil puede ser plasmar una Constitución planetaria? Las redes sociales lo hacen extremadamente fácil y es más, ya está en curso el pensamiento de unidad mundial en infinitos corazones de buena voluntad y especialmente, en maestros que enseñan acerca del sentido de la vida.

La movilización social nos ha permitido conquistar un espacio inédito y por tanto, es el tiempo para plasmar en las conversaciones y en los acuerdos aquellos sueños más altos que tengan que ver con la sabiduría esencial de la que estamos hechos. La Naturaleza cósmica es idéntica a nuestra naturaleza humana. No haberlo entendido nos ha llevado a vivenciar sufrimientos, a causar guerras y a alcanzar un estado de degradación y de corrupción social global. Es tiempo, por tanto de apelar a todos los maestros y maestras que han entregado grandes mensajes para que se restaure el paraíso en la Tierra.

El maestro Omraam Mikhael expresa que la paz es un estado superior de conciencia. Accedemos a la paz en la medida que nos purificamos. Para ello debemos trabajar. La paz se obtiene desde el interior.

En su segundo capítulo, nos refiere de un modo claro y prístino aquello que está obviamente grabado en el ADN de todos los seres del Universo:

“En el pasado, cuando el hombre no era capaz de ampliar su campo de conciencia más allá de los intereses de la casta, de la tribu o de la nación, las ideas de separatividad tenían su razón de ser. Incluso los grandes Iniciados, como Moisés, por ejemplo, mantuvieron la idea de que era necesario luchar contra los pueblos extranjeros, y el propio Moisés participaba en esas guerras. En aquella época era imposible hacer comprender el amor fraternal y la necesidad de una familia universal. Pero ahora es diferente, y con la rapidez de los medios de comunicación y de información, la tierra se ha convertido de golpe en algo tan pequeño, que ha llegado el momento de que los humanos comprendan que deben suprimir las fronteras y unirse para que el mundo entero sea una única familia.”

Como lo hemos presentado múltiples veces en esta página web, don Miguel D’Escoto Brockmann, como Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas (Outcome document 2008) ya ha alcanzado a expresar este anhelo y le ha llamado Noosfera. La idea de reconocernos como una sola familia en la Tierra es por tanto una idea para expresar en nuestra Constitución tanto porque resuena como sabiduría esencial, como porque los maestros lo expresan, como porque en lo más alto de las Instituciones forjadas por la Humanidad no es una idea nueva. Sí es reciente y por eso nos toca a nosotros y ahora, plasmarla.

Este visionario que dejó el mundo hace ya veinte años anticipó el movimiento juvenil actual: “… ya se está viendo cómo los jóvenes obligan a los adultos a ampliar sus concepciones, así como a renunciar al racismo, al nacionalismo, a la intolerancia: no pueden soportar más esas ideas demasiado estrechas, que son el origen de todas las guerras. Sí, está llegando una juventud que trastornará el mundo entero: tanto en Rusia como en América habrá una formidable revolución”.

En cuanto a la economía, este maestro nos revela que “la moneda será el amor… sí, porque el amor es una moneda superior al oro”. P.66 “el egregor de la Paloma o el reino de la Paz”.

En estas páginas de somospaz.org hemos dicho que una idea guía que permite transitar hacia un estado de conciencia superior y de manera paulatina es el de establecer en la Cnsitución que la solidaridad es un principio superior al de la propiedad privada. El maestro Omraam Mikhael señala a este respecto una idea parecida: “No hay que impedir que las personas lleguen a ser ricas, sino que hay que enseñarles a compartir sus riquezas.”

“No existe escuela alguna en la que se enseñe a la gente a dar, excepto en la escuela del sol. Todos los planetas toman. Sólo el sol da, por eso hay que aprender en esa escuela.”

Sobre la repartición de las riquezas, señala: “… hay que iluminar a los humanos para que pierdan esa necesidad de amasar más dinero y riqueza de la que necesitan. Cuando la humanidad se convierta en una familia, cuando las fronteras desaparezcan, esa necesidad de acumular también desaparecerá y no habrá ya injusticias. Ahí está, pues, la solución; que cada cual comprenda las ventajas de la fraternidad universal y trabaje para ella, como las células en el organismo que goza de buena salud.”

“La Inteligencia cósmica ha construido al hombre para que pueda alcanzar su pleno desarrollo sólo en el caso de que mantenga su unión con el mundo superior, del que recibe la luz y la fuerza.”

“El Reino de Dos, por lo tanto, debe introducirse primeramente en la cabeza de los seres humanos como inteligencia, como luz; luego entrará en el corazón como sensación, como amor, y finalmente descenderá al plano material, donde se manifestará como abundancia y paz. Eso es posible y yo trabajo para ello.”

 

Ahó

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