Ha llegado el invierno del sur. Los vientos ancestrales nos susurran venir al río para limpiarnos y ofrendar. Ofrendar en canto, danzas y también celebrar. Reunirnos. Contribuir.
Esta vez, recordamos que los mayores nos han invitado a la renovación del mundo, a retornar al origen y sobre todo, a curar nuestras heridas, a limpiar nuestra mente y quitar la basura. Así vamos embelleciendo, poco a poco nuestro entorno. Este solsticio parece rodeado de noticias difíciles de digerir y el compromiso parece mayor.
En este solsticio decidimos lanzar una campaña por la paz. Es una campaña por el desarme espiritual. Para desarmar este sistema entendemos que lo podemos lograr desarmando nuestras mentes y nuestros corazones. Así es que a la meditación, la imaginación y el movimiento del corazón que es el pensamiento les pedimos quedarse en el presente. Amando lo que es.
En la Nave Tierra estuvimos también compartiendo, con maravillosa nutrición, nieve, buena palabra, intenciones y semillas sembradas y habiendo habitado el «ser cardúmen».
Simple.
Vamos por esta Campaña con todo.
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